Las sutilezas del no-hacedor.
Las sutilezas del no-hacedor.
Hacer, hacemos, pero no hay hacedor
Cada doctrina lo expresa de una manera (no hay yo, no hay libre albedrío. no hay hacedor, soy consciencia pura…) pero al final el resultado es que no hay hacedor.
Es decir no hay nada nuclear e inmutable, con entidad, a lo que puedas señalar y decir: él/eso hizo, él/eso decidió…
Pero las cosas se hacen.
La doctrina del no-hacedor, cuando se tiene un conocimiento puramente conceptual de la misma, a veces es sutilmente malinterpretada. Es una sutileza, pero lleva a ciertas actitudes que igual que vale la pena comentar.
La doctrina del no-hacedor lo que dice es que ahora ya, en este mismo momento, no hay hacedor en ninguno de nosotros. y nunca lo ha habido.
Al realizar tal situación, dado que siempre fue así, nada tiene por qué cambiar radicalmente respecto a “lo que se hace”.
Como dicen en zen “antes de la realización cortar leña, acarrear agua y después de la realización… lo mismo”
Es decir, que si por ejemplo, antes de la realización de no-hacedor, uno está interesado en coleccionar sellos o depurar su ética, lo seguirá estando después de ella. Nada tiene por qué cambiar radicalmente, excepto estrictamente la liberación del sufrimiento que pueda surgir de ser consciente totalmente de que no hay hacedor y los cambios que eso provoque poco a poco en tu día a día… pero nada radical…
Se siguen haciendo cosas. No es que por esa realización uno vaya a dejar de hacer cosas y convertirse en un vago, un pelele al viento o una persona inconsciente (“no fuí yo, es el universo actuando”).
Existe la tendencia, desde la no-realización, a interpretar sutilmente así la doctrina del no-hacedor en el sentido de que todo lo que sea un hacer con intención debe “caer” antes o después, y no es el caso.
Ese cuerpo-mente realizado, aún sabiendo perfectamente que no hay hacedor, puede tener una vida intensísima o incluso agotadora en “el hacer”, incluso construyendo proyectos de años de duración. Además eso es así, porque desde la realización del no-hacedor (o incluso antes), la sensación de esfuerzo también “cae” (el esfuerzo es solo dukkha/ansiedad suministrado en pequeñas pero continuas dosis).
Eso no es “seguir viviendo el personaje” como se ha dicho alguna vez en forma de velada crítica o incluso dudas sobre el nivel de comprensión. El personaje va a seguir vivo mientras haya vida (¿o no eran un personaje Buddha o Nisargadatta?!?! ), pero que te creas un personaje o no, es una cuestión meramente mental y totalmente interna, no está a la vista del juicio de otro que no sea ese mismo cuerpo-mente.
¿Y por qué “hace” ese no-hacedor? simplemente porque así es su vida, así lo era antes y así lo sigue siendo. Si no hay hacedor, ni tampoco nadie que decide la acción ¿cómo podría entonces cambiar eso? Eso cambiará al ritmo que marque el universo, la vida, el acontecer, como desees llamarlo…
Cortar madera y cargar agua…
Extracto sacado Blog del tao
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